"El que sólo busca la salida no entiende el laberinto, y, aunque la encuentre, saldrá sin haberlo entendido."
José Bergamín

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Este blog está dirigido a estudiantes de Geografía e Historia de España, y Arte en Bachillerato, para que -además de encontrar la salida- entendáis el laberinto.

martes, 30 de diciembre de 2014

COMENTARIO DE TEXTO. MANIFIESTO DE LOS PERSAS


2. MANIFIESTO DE LOS PERSAS
Era costumbre  en los antiguos persas pasar cinco días en anarquía después del fallecimiento de su rey, a fin de que la experiencia de los asesinatos, robos y otras
Desgracias les obligase a ser más fieles a su sucesor. Para serlo España a V.M. no necesitaba igual ensayo en los seis años de su cautividad, del número de los españoles

Que se complacen al ver restituido a V.M. el trono de sus mayores, son los que firman esta reverente exposición con el carácter de representantes de España,, mas como en ausencia de V.M. se ha mudado el sistema que regía al momento de verificarse aquélla, y nos hallamos al frente de la nación en un Congreso que decreta lo contrario de lo que sentimos y de lo que nuestras provincias desean…..

La nobleza siempre aspira a distinciones; el pueblo siempre intenta igualdades; éste vive receloso de que aquélla llegue a dominar; y la nobleza teme que aquél no la  iguale; si, pues, la discordia consume los gobiernos, el que se funda en tan desunidos principios, siempre ha de estar amenazado su fin……

La monarquía absoluta es una obra de la razón y de la inteligencia; está subordinada a  la ley divina, a la justicia y a las reglas fundamentales del Estado; fue establecida por derecho de conquista o por la sumisión voluntaria de los primeros hombres que eligieron a sus reyes…….. Ha sido necesario que el poder soberano fuese absoluto, para prescribir a los súbditos todo lo que mira el interés común. Póngase al lado de esta definición de la antigua constitución española y medítese la injusticia que se le hace.

Es arriesgado que todo dependa de uno solo, y es más infelicidad por razón opuesta, que todo dependa de muchos………  que a este fin se proceda a celebrar Cortes con la solemnidad y en la forma en que se  celebraron las antiguas…… No pudiendo dejar de cerrar este respetuoso manifiesto con que se estime siempre sin valor esa Constitución de Cádiz y por no aprobada por V.M.”



Madrid, 12 de abril de 1814

Caricatura de la época que ilustra la invasión francesa explicada con un verso: "El que en el norte triunfó, con la mentira y patraña, al intentarlo en España, esta en su plan se cagó"


1. CLASIFICACIÓN Y TIPOLOGÍA


El texto es un fragmento del  “Manifiesto de los Persas”, así denominado por la erudita cita con la que se iniciaba: “Era costumbre en los antiguos persas pasar cinco días en anarquía…” Se trata de un documento histórico público. Por su forma lo podemos clasificar como histórico-literario. Por su contenido, es un texto de naturaleza política y doctrinal. Por su origen es una fuente primaria y directa para el conocimiento del pensamiento reaccionario y absolutista en los tiempos de la crisis del Antiguo Régimen. Se trata de un documento de época.  Es el primer documento de la historia  de España que presenta las posiciones de un grupo político, y en él encontramos una defensa teórica del retorno del absolutismo como forma de gobierno.


En referencia al autor, del documento: es un escrito firmado por 69 diputados absolutistas, encabezados por el marqués de Mataflorida, reconociendo la monarquía absoluta y el derecho divino del monarca. Las Cortes de Cádiz tuvieron un nutrido grupo de diputados conservadores que defendieron el viejo absolutismo monárquico y se opusieron sin éxito a las medidas legislativas reformistas impulsadas por los liberales. Entre los absolutistas se encontraban numerosos eclesiásticos. Representaban a la alta nobleza, a la mayor parte de la Iglesia y, hasta cierto punto, también podían considerase representativos de una gran parte de las masas populares.

En cuanto al destinatario y finalidad del documento: el texto va destinado a Fernando VII (“el Deseado”), a su regreso a España en 1814. El monarca buscó el apoyo de los círculos más reaccionarios del país y de los absolutistas. La finalidad del documento era reclamar la vuelta inmediata al Antiguo Régimen y descalificar la libertad de prensa como perjudicial para la nación. Los partidarios del absolutismo, considerando que “todo lo viejo era bueno y todo lo nuevo era malo”, confiaban en Fernando VII para acabar con los liberales, según ellos: “enemigos del Trono y de la religión”. El documento le reafirmó en sus deseos de ejercer un poder absoluto. Un tercio de los diputados de las Cortes de Cádiz, que se habían mantenido fieles a las ideas absolutistas, criticaban lo que había venido sucediendo en España desde 1808 y su finalidad era la restauración absolutista.


La época y el lugar: tras las abdicaciones de Bayona, Fernando VII había pasado toda la guerra en su cautiverio de Valençay (1808-1814). Tras la derrota de las tropas napoleónicas a manos del ejército anglo-español dirigido por Wellington en Arapiles, Vitoria y San Marcial (1813), los últimos ejércitos franceses abandonan la península. Napoleón firmó con Fernando VII el Tratado de Valençay (a fines de 1813) por el que le restituía en el trono sin ninguna condición. Las Cortes, establecidas en Madrid, afirman que para aceptar a Fernando VII como rey, éste debe jurar la Constitución de 1812. El 22 de marzo de 1814, regresa Fernando VII a España. Fue objeto de una recepción entusiástica; denominada el “Deseado”, era el símbolo de los seis años de resistencia y encarnaba grandes expectativas de cambio y mejoras. Para la aristocracia, la nobleza y gran parte del pueblo, significaba el retorno del monarca legítimo y una vuelta al antiguo estado de cosas. Siguió un itinerario distinto al marcado por la Regencia. Planeó su golpe, en unión del duque de San Carlos y del conde de Montijo, que le acompañaban. En Valencia se les une el capitán general Elío; en esta ciudad, los absolutistas le presentan el “Manifiesto de los Persas”.

2. ANÁLISIS

En su contenido encontramos las siguientes ideas:

El primer párrafo, compara la situación vivida en España durante la G. de la Independencia, “seis años de su cautividad” con la alusión a la costumbre de los antiguos persas. El Manifiesto considera los años de guerra como un período de anarquía similar a la situación de aquel pueblo tras la muerte de sus reyes. Para los autores del Manifiesto, la anarquía son los años en los que el sistema político surgido de las Cortes de Cádiz está vigente, sistema  que no apoyan, ni desean. Denuncia al Congreso (Cortes de Cádiz) como institución contraria a los sentimientos de los firmantes y de los españoles en general.

Justifican la monarquía absoluta  en términos de razón y utilidad. El rey absoluto debe ejercer su poder con justicia, sin abusos. Desarrolla una argumentación teórica en defensa de la legitimidad de la monarquía absoluta, “obra de la razón y de la inteligencia”. Alude para ello a la teoría vigente en el Antiguo Régimen, que defendía el absolutismo como resultado de la evolución histórica, de acuerdo con los designios de la Providencia.

Ya no es una monarquía de derecho divino, sino una en la que los súbditos se han sometido voluntariamente al rey elegido. Es un tipo de absolutismo contractualista, derivado de las teorías de Hobbes. El pueblo suscribe un pacto con el príncipe. Puesto que el poder le ha sido dado al príncipe por el pueblo, éste deberá usarlo en beneficio de sus súbditos. El absolutismo, para estos diputados, procede del interés y bienestar comunes.

El poder de la monarquía absoluta se usará para llevar a cabo un programa renovador que mire al “interés común”. Pero el poder sigue siendo absoluto. Esta concepción del absolutismo en términos utilitaristas debe mucho a Hobbes y a sus justificaciones de un poder único y fuerte para el desarrollo del Estado. De hecho, el texto afirma que el poder soberano reside en el Rey. El concepto súbdito supone sumisión, sumisión de la voluntad del pueblo a la autoridad real.

En el último párrafo solicitan (…)”se proceda a celebrar Cortes” (…). Los firmantes  del 12 de abril de Manifiesto de los Persas (1814) deseaban unas Cortes al estilo tradicional español del tiempo de los Austrias. Resulta significativo que los diputados absolutistas propusieran la convocatoria, por procedimientos tradicionales, de Cortes destinadas a preparar una legislación que no permitiera la arbitrariedad y reconociera la libertad.

En coherencia con los argumentos que utilizan, exponen la necesidad de dejar sin valor la Constitución de Cádiz: “se estime siempre sin valor esa  Constitución”. Solicitaban del monarca que suprimiera toda la obra legislativa de las  Cortes de Cádiz, incluida la Constitución de 1812. De esta forma, el monarca recuperaría todos los poderes.

3. CONTEXTO HISTÓRICO

El 22 de marzo de 1814, regresa Fernando VII a España desde Valençay. Tras comprobar la debilidad de la situación de los liberales y su impotencia para imponer cualquier resistencia importante, se reafirmó en sus deseos de ejercer un poder absoluto.

El fin  de las operaciones militares contra los franceses no apaciguó por completo el país, que se veía sometido al enfrentamiento político entre liberales y absolutistas, ambos a la expectativa de la postura que tomase Fernando VII a su regreso del cautiverio.

Existía un clima de expectación  y de deseo de que volviera. Los absolutistas pensaban que su vuelta supondría el triunfo de sus ideas, mientras que los liberales confiaban en que se produjera una reafirmación de sus ideas. Fernando VII recibió el apoyo de una parte de los mandos del Ejército (los generales Francisco Javier Elío, Francisco Ramón Eguía) y de casi todo el clero católico, hostil hacia los liberales porque amenazaban su influencia, sus privilegios económicos y se habían atrevido a abolir la Inquisición. La colaboración de la Iglesia con los planes absolutistas del monarca fue completa. El rey contaba también con el respaldo de gran parte de la población campesina.

Un documento como el Manifiesto  de los Persas, unido a la actitud del Ejército y de una parte del clero, que reclamaba la vuelta de la Inquisición, contribuyeron a que Fernando VII adoptara una posición definitiva .El rey sabía que las circunstancias le daban la posibilidad de dar un vuelco a la situación y así lo hizo. Había sido formado para ser un rey absoluto, y cuando volvió a España no quiso integrarse en el sistema político creado por las Cortes de Cádiz.

Rechazó las medidas reformistas que habían llevado a cabo los liberales durante la Guerra  de la Independencia (1808-1814). El día 10 de mayo de 1814, mediante un decreto, Fernando VII anulaba toda la obra legislativa de las Cortes de Cádiz, suprimía la Constitución de 1812 y afirmaba que las Cortes le habían despojado de su soberanía y que sus actos eran “nulos y de ningún valor ni efecto, ahora ni en tiempo alguno, como si no hubieran pasado jamás”.

De esta forma, el rey recuperó todos los poderes, disolvió las Cortes e impuso el retorno al Antiguo Régimen, mediante el restablecimiento de las exenciones fiscales estamentales, de los derechos señoriales, de las organizaciones gremiales, de la Inquisición y de los privilegios de la Mesta. El absolutismo fue restaurado como si la convulsión de la G. de la Independencia y de las Cortes de Cádiz, no hubiesen tenido lugar.

4. CONCLUSIÓN

Durante el reinado de Fernando VII (1814-1833), el inmovilismo, la inoperancia y la ineficacia fueron las características predominantes del gobierno personal del rey y de sus mediocres ministros en el periodo del Sexenio absolutista (l814-1820). Con el golpe de Estado fernandino, España volvía a la situación anterior a 1808.

La represión se ejerció contra los liberales y los “afrancesados”, obligados muchos de ellos a tomar el camino del exilio a Francia e Inglaterra. Con los “afrancesados” y los liberales en el exilio, habían desaparecido de la vida pública las minorías dirigentes del país.

El general Eguía llevó a cabo la represión contra los miembros de la Regencia, ministros y diputados liberales (Agustín Argüelles, Martínez de la Rosa, Diego Muñoz Torrero). Con el apoyo de la Iglesia y de los grandes terratenientes, el Rey liquidó la libertad de prensa  y restableció la Inquisición. La Iglesia iniciaba su cruzada “contra una época de desórdenes”.

La represión política constituyó un rasgo esencial del período abierto en 1814(el Sexenio absolutista, 1814-1820). El poder absoluto no condujo a la estabilidad sino que se convirtió en su antítesis: hubo cinco ministerios.

La camarilla personal del Rey jugó un papel importante en la política exterior. Desde la vuelta de Fernando VII, muchos militares que habían luchado contra los franceses se oponían a la restauración del Antiguo Régimen, y algunos de ellos conspiraban por el restablecimiento de las leyes de Cádiz con la ayuda de las sociedades patrióticas.

 En 1833 moría Fernando VII, dejando al país ante la perspectiva inminente de  la guerra carlista.
Caricatura sobre la relación del carlismo con el clero de la revista satírica La Flaca, de 1870, con el trilema carlista «Dios, Patria y Rey»